¡¡Aquí estamos de nuevo!!
Lo primero daros las gracias por vuestra preocupación y
ganas de volver a saber de nosotros, la realidad es que no ha pasado nada, es
solo que llevo unos meses que no me encuentro muy bien, las noches sin dormir y
la tiroides van haciendo mella y llega un día que no puedes ni con tu alma. El peque
es super dependiente de mi, por lo que cuando estoy con él es imposible ponerme
a escribir porque me montan unos cristos de espanto y cuando libro lo único que
me apetece es dormir, así que nunca encuentro el momento de sentarme.
¡¡Pero aunque no escriba sí que os leo!! Me encanta saber de
todas vosotras y asegurarme de que todo va viento en popa (aunque ya sé que
algunas mamás están pasando por momentos difíciles ¡ánimo!)
A ver si ahora con el verano cojo fuerzas y puedo retomar frecuentemente
las entradas, porque me encanta compartir por aquí.
¿Novedades? Pues ya os podéis imaginar… un montón!! Desde hace
unos meses empezamos a disfrutar muchísimo más del peque. Desde que empezó a
andar (sobre el año) se espabiló muchísimo y con ellos vinieron todas las
gracietas propias de su edad. Es un niño muy cariñoso que enseguida te llena de
besos y abrazos, aunque a veces juegue un poco en mi contra porque no suele
querer despegarse de mí y me agobie un poquito.
Seguimos a tope con el pecho, y digo a tope porque mama más
que nunca, es como si fuera consciente de que somos dos personas independientes
y así se siente más unido a mí. Es su mejor consuelo, su mejor amigo, su mejor
terapia ante el aburrimiento… tanto es así que la primera palabra que usó con
intención fue refiriéndose al pecho, “pichu pichu” es como le llama (ni idea de
donde lo ha sacado). Ya tenemos serios detractores de que le siga amamantando, viéndolo
como algo feo, pero la verdad es que me importa muy poquito y suelo reírme ante
cualquier comentario. A mí me encanta sentirlo tan cerca ahora que cada vez se
va alejando más.
Lo peor siguen siendo las noches, que lo cierto es que no
mejoran. En los días malos malísimos se despierta cada media hora (estos días
suelen ser los que esta malo) y en los muy buenos cada dos. Muchos me aconsejan
destetar por la noche, y puede ser que haciéndolo duerma más, pero yo no estoy
preparada, no sería capaz de negárselo. Si por el día es dependiente de mi, por
la noche es una autentica lapa, no consintiendo en absoluto que su padre le
coja. Así que mi decisión es seguir así y aceptar que el cambio será lento pero
respetuoso. Cada niño es un mundo y sé que el mío desde que nació ha necesitado
de un contacto extra que no estoy dispuesta a negárselo.
Bueno no quiero alargarme más hoy, ya que no es plan de
contar todo lo sucedido en todos estos meses, no quiero aburriros jeje