Que harta estoy de esa frase… no sabéis cuanto. De esa y de “se
tendrá que acostumbrar”, “tienes que enseñarle”, “este niño sabe más que todos
juntos”, “te está toreando”…
¡Qué hartura!
Con la próxima incorporación a la guardería todo el mundo de
pronto se cree con el derecho a opinar sobre qué hacer con el niño este verano
para que su entrada sea lo menos traumática posible.
En la misma guardería, el día que fui a hacer la matrícula,
la directora ya me comenzó a sermonear al conocer a mi monete, ya que como es
habitual en él estuvo bastante lloroncete. Yo le estuve comentando como es el niño, la
gran necesidad de contacto, su incapacidad de calmarse por sí solo, sus
dificultades para dormir… ¿veredicto de la directora? Pues básicamente que si
el niño era así es porque yo le he acostumbrado.
Amo a mi hijo por encima de todas las cosas, pero no le
deseo a nadie lo que yo he pasado con él durante 4 meses (como ya comenté la situación ha mejorado ya mucho). Desde que nació Adrián
he hecho amistad con muchas madres de bebes de edad similar a Adrián, y ¡no
señores! ¡mi nene ya nació así!
Cada día me enfadan más lo comentarios sobre lo blanda que
soy, y es que en esto de la maternidad todo el mundo opina, hasta los vecinos
del barrio con los cuales nunca habías cruzado palabra.
Mi niño desde que nació no ha querido ver el carrito ni en
pintura, con lo que he tenido que portearlo siempre… ¡pues parece que a quien
le pesa más llevarlo encima es a los demás y no a mí! Qué manía con decir que
le meta en el carro y si llora ya se callará, ¡que mi niño no se acostumbra! ¡Que
cuanto más llora más histérico se pone! Por las malas mi niño ni va en el
carro, ni se duerme, ni se entretiene.
Ayer lei algo que me pareció la solución más sencilla, si no
quieres que te critiquen y opinen no te quejes ¡nunca! Si haces ver que todo
está perfecto la gente no encontrará ese hueco para clavarte esas “verdades
absolutas”.
¿Todavía le llevas en la mochila? – siiiii, y me encanta
llevarlo tan cerquita!.
¿Cómo duerme por la noche? – cerrando los ojos (a nadie le
importa si colechamos y si el niño se despierta 12 veces cada noche).
No le dejas llorar ni un segundo – cualquier excusa es buena
para cogerlo en brazos.
Darle el pecho a demanda es muy esclavo – ¡qué va! Es
rápido, bonito y lo mejor es que no hay que limpiar ni esterilizar nada.
Lo que peor llevo de todo esto es que mi chico comparte un
poco la forma de pensar del resto. Con lo que me paso la vida intentando hacer
que entienda mi forma de ver la crianza, porque a los demás puedo ignorarlos,
pero a él tengo que tenerle en cuenta.
Por ahora en casa se hace con el bebé lo que yo digo, puesto
que soy la que lo cuida el 90% del tiempo… ya veremos más adelante como
llegamos a un consenso… no nos adelantemos.