jueves, 27 de marzo de 2014

Cólicos



Nunca te haces una idea de cómo es un llanto de cólico hasta que lo vives.
El pollito empezó a encontrarse mal a los pocos días de volver del hospital. Según el médico era pronto para empezar con cólicos, pero lo cierto es que tenían toda la pinta.
Me he informado muchísimo sobre estos, siempre con la esperanza de encontrar alguna solución milagrosa (que obviamente nunca ha llegado) y lo único que tengo claro, es que no hay nada claro. Si cuando empecé a buscar información creía saber que los cólicos eran una dolencia gastrointestinal, producida por gases, resulta que ahora nuevas informaciones apuntan que quizás esto no sea así, pudiendo achacar estos episodios de llantos inconsolables a una sobreestimulación, a un sistema nervioso poco maduro, etc.

Sea como sea, si algo es seguro, es que mi chiquito esta llenito de gases. Es tan nervioso que mama de forma muy ansiosa, enganchando y desenganchándose continuamente, peleándose con el pecho, gruñendo  y acabando en la mayoría de los casos llorando (a veces me planteo, que quizás lo que considero causante no sea más que la consecuencia, y que sean los gases los que hacen que mi niño coma así).
Nunca he escuchado pedos taaaan largos como los de este niño, tanto que entran ganas de cronometrarlos. Los eructos ya ni se los saco, porque se pasa el día echándolos él solito (anda que si no se le diera tan bien echar sus gasetes no se cómo estaría).

A mí se me parte el alma cuando cada tarde, sobre las 18:00 comienzan los lloros. Primero espaciados y algo más débiles (dentro su tono habitual que es bastante alto) para ir aumentando a lo largo de la tarde en frecuencia e intensidad. A las 21:00 ya está en el peor momento y sus lloros se tornan en gritos. Ayer se me saltaban las lágrimas cuando el pollito llegó a quedarse afónico.

Yo no entiendo como dicen que el porteo previene los cólicos cuando el mío se pasa de 10 de la mañana a 10 de la noche siendo porteado. Caminamos muchísimo, y no cata la posición horizontal hasta la noche. A veces pienso que quizás si esto no fuera así los cólicos serían peores.  También estoy probando con masajes de una fisio/osteópata que dicen que es muy buena (por ahora con 0 resultados). Los masajes yo no se los doy porque es comenzar a tocarle la barriguita y llorar.

Otra cosa que carga de rabia son los médicos. Parece que cuando son bebes tan pequeños nada de lo que les ocurre es importante. Les digas lo que les digas todo lo relacionan con “el cólico del lactante”, ¡es que ni les miran! Y su solución… ninguna, os aguantáis los dos, total… como a los 3 meses se suelen pasar…

Sé que estos meses hay que disfrutarlos a tope, que pasan rápido y no vuelven, pero yo estoy loca por llegar a los 3 meses. Quiero que mi chiquito deje de sufrir cada tarde, quiero que pueda dormir como a él tanto le gusta (pegadito a mamá) sin que esos dichosos retortijones le despierten asustado, quiero que por las tardes sonría igual que lo hace por las mañanas (y alguna madrugada…).
Me da rabia que yo que he decido no dejarlo llorar bajo ningún concepto, no poder hacer nada durante horas. Le beso, le abrazo, le canto, le acuno… le bajaría la luna si hiciera falta, pero nada sirve, solo el tiempo, y por eso pido que Abril pase pronto.   

sábado, 22 de marzo de 2014

Mi pequeño koala



Brazos, brazos y más brazos. Mi niño ha ganado la batalla, y desde hace ya muchos días andamos pegados el uno al otro. El nene duerme muchísimo, y como solo sabe dormir pegadito a nosotros (sobretodo a mi) podeis imaginaros la cantidad de horas que pasamos junticos, eso sin contar con las horas de la noche, que con la cuna colecho (y que yo me arrimo un poquito más de lo necesario a él jeje) también por la noche parecemos siameses.

Muchas veces me pregunto porque me ha costado tanto aceptar esto, porque a decir verdad cuando le tengo pegadito es cuando mejor me siento y es que siempre que por algún motivo no le tengo a la vista, aunque sean minutos, ya le echo de menos y me preocupo, y mi respuesta a esa pregunta es “por los dos demás” ¡que rabia! Y lo peor es que no consigo quitarme sus palabras de la cabeza “lo vas a acostumbrar a los brazos” “luego ya veremos cómo aprenderá a dormir solo” “vete haciendo a la idea de tiene que aprender a estar en la cuna”… tantas frases de este tipo escucho casi a diario de familia, vecinos, amigos e incluso ¡desconocidos ¡
Nunca me ha importado demasiado lo que opinaran los demás sobre como tenía que vivir mi vida y de pronto me siento culpable por no seguir con lo que (actualmente) se considera como apropiado en la crianza de MI hijo.
¿Quién lo alimenta? ¿Quién lo duerme? ¿Quién lo calma? ¿Quién no duerme más de hora y media seguida?... en definitiva ¿Quién lo ha parido?.  No entiendo porque en estos casos todo el mundo se cree con el derecho a opinar, y lo peor es que todos creen tener la solución perfecta a tus problemas, que normalmente pasa por dejarle llorar.

¡Me niego! En que cabeza cabe pensar que un bebe, que apenas sabe que existe, quiere manipularte o chulearte con sus lloros. Si llora es porque te necesita, y si algo tengo claro es que bajo ningún concepto voy a dejar que mi hijo deje de llorar porque entienda que su madre no estará ahí.
¿Por qué fomentan tanto que vayamos en contra de nuestro instinto? Cuando el bebe llora se te retuercen las entrañas ¿será por algo no?.

Lo malo es que como casi todo el mundo cree que tu bebe es así porque tu le has malcriado (que debe ser que yo le malcrié ya desde el embarazo, puesto que desde que nació ha sido imposible que duerma ni un minuto solo) no puedes desahogarte con casi nadie, puesto que su respuesta es “es que le has acostumbrado a esto, ahora no te quejes”.

Cada bebe es diferente, y lo que a un padre le sirve con su niño puede no servir con el mío. Estoy harta de escuchar consejos de padres con bebes mucho más fáciles que el mío (en lo que al sueño se refiere), les invitaría a pasar una tarde conmigo y que vean como se pone mi pollito sino duerme en su mochilita (pocas veces lo intentamos ya, porque el pobre acaba arañándose la cara, rojo como un tomate, sudado como el pollito que es, y tan nervioso que después cuesta muchísimo más relajarle).

Sé que con el tiempo recordaré todo esto con cariño, quedándome solo con lo bueno, pensando en la cantidad de horas que pasábamos pegaditos, oyendo su respiración, escuchando sus ruiditos de bebe (gruñidos incluidos jaja), oliéndole, besándole la cabecita, viendo esa cara de angelito que se les pone a todos los bebes cuando duermen plácidamente…
Cuando ya no quiera mis brazos, entonces miraré atrás y me arrepentiré de no haber disfrutado al 200% de estos momentos…
 ¡No! ¡eso no va a pasar! Y es que, a pesar del dolor de piernas, de espalda y el calor que pasamos (los dos somos unas estufitas andantes) voy a disfrutarlo sin planteármelo ¿Qué mal le puedo hacer? Nunca más va a necesitarme como lo hace ahora ¿Por qué negarle mi ayuda? No creo que con 10 años siga necesitando el cangurito para dormir jeje

Aaaaaaaiiisssshhhh ¿Por qué nadie nos avisó de lo difícil que es ser madre? 


martes, 11 de marzo de 2014

Bendita mochila



Esta mochilita me está salvando la vida!! O más bien los nervios jeje.
El nene sigue siendo bastante llorón, aunque por lo menos ya sé casi siempre el motivo de sus lloros (nos vamos conociendo). El problema es que aunque sé que es lo que le pasa, me cuesta mucho satisfacer esa necesidad y es que el peque llora casi siempre por sueño. Es muy dormilón, lo cual sería muy bueno si no fuera porque es incapaz de conciliar el sueño solo. Cuando está descansadito, comidito y limpito está muy contento, siendo el momento donde nos dedica sus mejores sonrisas, las cuales se concentran en su mayoría por la mañana, que es cuando más descansado está, pero pasada una hora empieza a estar malhumorado (el pobrete con una hora despierto está ya hecho polvo).

Para no enrollarme mucho… solo consigue echarse la siesta en la mochilita. Siempre intento que duerma en su cunita, lo hago de todas las maneras posibles, relajándole con chupete, durmiéndole primero en brazos, meneando la cuna, pero no hay manera, nos podemos tirar media hora de llantos inconsolables que a mí me parten el corazón (porque mi chico cuando llora, llora… llegándose a poner morado a la mínima de cambio), pero es ponerlo en la mochilita, y el silencio vuelve a mi casa. Su cuerpecito se relaja nada mas sentirse dentro, su respiración se hace más lenta, y menos de 2 minutos está profundamente dormido.

En parto esto puede ser una ventaja, porque soy consciente que muchos niños ni con mochilita se calman (al menos yo tengo esa baza), pero no puedo evitar pensar que si persiste este gusto suyo por dormir pegado a mamá, dentro de unos meses cuando ya no pese 5 kilos, no sé si mi espalda podrá soportar tantas horas de peso.  

Las noches son mejores, ignoro el motivo, pero parece que va entendiendo que las noches son para dormir, por lo que a eso de las 10 u 11 nos vamos a la cama (no sé si dije que tengo una cuna colecho), y duerme toda la noche en su cuna (con sus múltiples despertares para comer claro).

La mochila también es una gran aliada cuando salimos a pasear. Durante el paseíto por la calle, normalmente el peque está tranquilo en el carrito (digo normalmente porque ya nos la ha montando alguna vez por la calle), pero es entrar en cualquier sitio o parar de movernos y el comienza su particular protesta. Así por lo menos me lo pongo en el “cangurito” y puedo hacer las compras o seguir con lo que estábamos.

Es por tanto que esta ha sido la mejor compra que he hecho. Quizás se venga en mi contra y dentro de un tiempo no sabré como quitarle este vicio que tiene, pero los beneficios que ahora me reporta son tan grandes que prefiero no pensarlo. Soy tan ignorante en esto de la maternidad que para que voy a pensar en el futuro si no tengo ni idea de cómo podrá ser, por lo que agobios los presentes, que los futuros ya vendrán. 

AAHH por cierto, también probé con el el fular elástico, pero no le gusta demasiado, creo que se siente demasiado apretado y se agobia.