miércoles, 23 de abril de 2014

Mi GRAN amor



El niño siempre ha estado muy por encima de la media en cuanto a altura y peso, menos cuando nació que tuvo un peso muy normalito de 3 kilillos, pero siempre pensé que llegaría un momento que se estancaría… todavía no ha llegado ese día y mis brazos así lo están sufriendo.

En la revisión de los 2 meses ya pesaba 6 kilos 100 para sorpresa del pediatra, el cual pensó que debía estar alimentando al niño a todas horas por la curva de crecimiento que llevaba (que más que curva es una línea ascendente), pero lo cierto es que mi “chiquitín” desde que tenía un mes hace tomas de no más de 5 minutos cada dos o tres horas, incluso en su día llegué a pensar que no comía suficiente, idea que desterré al comprobar como iba aumentando medio kilo semanal.

En cuestión de 2 meses y medio hemos pasado de usar la talla 50 a la 68 (decir que esta le queda un pelín grande, pero es que la 62 ya le va muy justita).
La semana pasada tuvimos que meterle los botones a un peto para que le sirviera, trabajo inútil, porque a la semana siguiente el trajecito no solo le valía, sino que le aprieta por la zona del pañal. Viendo esto decidí bajar a la farmacia para pesarle y saber si esto eran imaginaciones mías o el peque había pegado un super estirón en una semana.
No… no estaba equivocada. Mi pequeño de 11 semanas pesa 7 kilos 250!!!! ¿Pero a donde vamos a llegar?. Por curiosidad busque su percentil y está en el 98.

Esto estaría genial si no fuera porque es un bebe que demanda constantemente brazos y mochilita.

Aquí os dejo una foto de mi gigantón ¿Quién diría que aun no tiene ni 3 meses?


lunes, 21 de abril de 2014

Mis imprescindibles



Si en algo me he caracterizado como madre primeriza, ha sido en la cantidad de cosas innecesarias que compre en mi estado de buena esperanza.
Cuando estas embarazada todo te parece super necesario, sobre todo y casualmente lo que es más caro (¿será que en esta sociedad tan consumista acaban metiéndote en la cabeza todas estas necesidades?).
Hoy no me voy a centrar en lo que no volvería a comprar, eso será en el siguiente, ahora quiero empezar por aquellas cosas a las que más utilidad les estoy encontrando, que ya adelanto son bastante pocas, y es que si algo he aprendido, es que un bebe no necesita muchas cosas ya que con su mama tiene todo satisfecho, nuestros brazos son su cuna, nuestros abrazos le dan todo el cariño, nuestros pechos su alimento, nuestras piernas sus carritos y nuestras manos y caras sus mejores juguetes.


  •  Alfombra de juegos: la compré hace unas dos semanas por recomendación de otras mamás con nenes de edad similar y decir que estoy encantadísima. Al peque le encanta, se rie mucho intentando coger los muñequitos que cuelgan y practica todas las habilidades que día tras día va adquiriendo. Y si al peque le gusta, ¡a mi me gusta todavía más! En los ratitos que le pongo ahí se olvida de que mamá existe, con lo que me da total libertad para corretear por la casa. 
  •             Hamaca: En esta no se queda tan feliz como en la alfombra, pero si que aguanta bastante bien. la utilizo sobretodo para cuando tengo que hacer tareas de la casa y el peque quiere estar conmigo (vamos… siempre). Gracias a esta puedo ducharme, cocinar (algo rapidito claro), recoger un poco la casa, etc. 

  •  Mochila: ¡no podía faltar! Que deciros de ella que no os haya dicho ya. Con este imprescindible ya podéis imaginaros cual es una de mis prescindibles. 

  • Cuna colecho: me está dando la vida. Decir que el peque no la usa mucho (el prefiere estar muy cerca de su mami y no os voy a mentir, a su mami le encanta dormir cerquita de su peque), pero es una ampliación de mi cama que se agradece mucho, además que gracias a ella no tengo que preocuparme porque el peque se caiga por un lado.  

  •  Maxi-cosi para el coche: al nene no le gusta nada montar en coche y monta unos pollos tremendos, pero no por ello deja de ser imprescindible la seguridad en el coche. 
  • Chupete: está siendo nuestra salvación para la hora de dormirle, ya que aunque no siempre funciona, a veces cae como un tronco nada mas ponerselo. Por la noche, en sus despertares, cuando no quiere teta es ponerselo y volverse  a dormir instantaneamente. Es un gran invento, sobretodo para mi ya que mi niño cuando llora no se tranquiliza nunca en el pecho (esta es una gran espina que tengo clavada en el corazón).

Y poco más, como veis no es mucho en comparación con la cantidad de cosas que solemos comprar (yo por lo menos). Además decir, que todo menos el maxi-cosi y chupete, han sido cosas que compré a medida que el niño fue creciendo y fui conociendo sus necesidades. Cada niño es diferente y lo que sirve para uno puede ser totalmente inútil para otro.

martes, 15 de abril de 2014

Rayos de sol



Y con la llegada de la primera y sus primeros rayos de sol, pasó lo más difícil.
Las cosas cada día van siendo un poco más sencillas, y es que para mí, los primeros meses de mi niño, no han sido nada fáciles.
Soy tremendamente feliz cada vez que le miro, sobre todo a primera hora de la mañana, cuando abre sus ojos y al verme lanza esa sonrisota de felicidad, pero reconozco que ha habido momentos en los que pensaba que la situación me sobrepasaba.
Las primeras semanas fueran muy duras por el postparto, el cual, debido a la episotomía y lo floja que me quedé lo llevé bastante mal y cuando físicamente ya estaba recuperada el peque comenzó con los cólicos y problemas de sueño (espero que estas dos cosas estén relacionadas, porque de ser así pronto cesará).
A partir de la tercera semana el peque comenzó a llorar todo el día. Recuerdo que después de cada siesta solo pasaba 10 minutos tranquilo, para comenzar a llorar de nuevo. Era frustrante y había días que me sentía super deprimida, sobre todo cuando estaba con otras mamás que no tenían ninguno de estos problemas (lo sé… la envidia me podía… pero ver a esos pequeñines tan tranquilos, que se quedaban dormiditos en sus carritos, con los cuales podían pasear porque no les montaban la de Dios por la calle, y a los cuales podían llevar en coche sin que pareciera que les estaban torturando, podía conmigo… y para que decirlo, aun me puede jeje).

Semana a semana, los minutos que el peque aguantaba despierto sin llorar fueron aumentando, hasta llegar a hoy, ¡¡que me aguanta hasta una hora!! ¡¡menuda maravilla!! Después de esta hora comienza a llorar porque no consigue dormirse y ahí empezamos la batalla, aunque todo hay que decirlo, por las mañanas suele ser mucho menos dramático el dormir, imagino que no tiene tanto sueño acumulado como por las tardes y es capaz de conciliarlo mejor.
Las tardes siguen siendo difíciles, pero mucho más llevaderas, ya que el resto del día nos da una pequeña tregua. Imaginaos la intensidad de mis tardes, que hasta mi vecina llama a mi puerta preocupada por los gritos del enano (si… por la tarde no llora, GRITA, que menudo genio está echando).

Por las noches sí que hemos notado una mejoría muy considerable. Con la rutina de baño, tetita y a la cama a las 9 (hora arriba hora abajo) ¡¡hemos conseguido que se duerma a la primera y mamando!! (lo de mamando ya lo explicaré, y es que mi niño se pega unas peleas con el pecho que casi siempre acaba llorando después de la toma).
De hecho consigo dormirle tumbado en su cuna colecho o en mi cama, algo impensable por el día. El resto de la noche, se la pasa despertándose cada dos horas para mamar, que probablemente a algunas os parezca mucho y que no hay demasiado para celebrar, pero para mi esto es una gozaba, ya que por lo menos ahora entiende que tiene que mamar y volverse a dormir sin armar ningún escándalo. Y es lo que hace. A las 8 o 9 ya me tiene en pie, pero yo más feliz que un regaliz.
Esto me da muchas esperanzas, ya que pienso, que si es capaz de coger el sueño tan bien por la noche, en algún momento podrá hacerlo también durante el día.

Bueno, no sigo porque ya se ha despertado y me exige salir de la mochila, ¡¡cualquier le lleva la contraria!!
Así que resumiendo, ya estoy saliendo de ese túnel, donde parecía que nunca veríamos la luz, y por fin puedo decir que empiezo a disfrutar de este pequeño milagrito, por el que tanto luché y al que tanto amo.

Por cierto, disculpad si en alguna entrada no contesto vuestros comentarios, pero el peque no siempre me da espacio para meterme en el ordenador, y desde el móvil no me gusta nada nada escribir, ya que entre que falla mucho y que soy mucho más lenta escribiendo, ilusa de mi,  siempre espero a tener un rato para conectarme. De todos modos me encanta que me escribáis, y que me deis consejitos (ya que yo estoy super perdida), que me contéis como van vuestros peques, o como van vuestras búsquedas. Estoy muy pendiente de vosotras.