miércoles, 24 de diciembre de 2014

Nochebuena y mañana navidad



¡Ya llegó la fiesta! Nuestra primera fiesta siendo 3 en la familia. Son días especiales sobretodo teniendo peques en la familia, ya que aunque ahora es muy pequeño y no se entera, tu revives toda esas ilusiones que hace años dejaste atrás. 

Teníamos planes diferentes, pero con el reciente ingreso de adri hemos tenido que cambiarlos, por lo que la nochebuena la celebraremos los 3 en casa y la navidad iremos a comer la familia, y será entonces cuando mis sobrinas y mi peque abran los regalos que papa Noel habrá dejado en la terraza (esperemos que las peques no los vean antes de que lleguemos nosotros). 

Yo la verdad que soy más de reyes, en casa aunque papa Noel venía cada 25 de diciembre después de la misa del gallo (no somos muy católicos pero la tradición mandaba por aquel entonces) solo nos traía un detallito. Pero este año a mi me toca trabajar el día de reyes por la mañana, por lo que he preferido darle el regalo gordo en navidad, que además tengo muchos días de fiesta para disfrutarlo juntos.  

Le hemos comprado entre mis padres y yo este correpasillos. Es evolutivo y se le van quitando piezas a medida que va creciendo. Lo que más me gusto fue la seguridad que tiene para poder bajar con el a la calle y que el nene no se caiga. Ya os contaré como me ha ido con él.

Para reyes tengo pensado cogerle este laberinto del ikea, que es bien baratito y ya he visto que nenes de su edad se entretienen mucho con él. Más regalos ya no, porque entre que la familia le comprará cosas y que el 1 de febrero llega su cumple, no creo que podamos entrar en casa todos.

Bueno, ya solo me queda desearos a todos felices fiestas ¡Que las disfrutéis  rodeados de todos los vuestros!



domingo, 21 de diciembre de 2014

Ingresados



Con tantas itis que nos han estado rondando no sé ni porque me extraño de que esto haya pasado. El motivo de su ingreso (o mejor decir nuestro ingreso) ha sido una neumonía. 

5 días antes empezó con mucha tos y a dormir bastante peor por lo que un martes le llevé al pediatra. Allí me dijeron que tenía bronquiolitis… vaya!!!  Otra vez!! Así que comenzamos con los aerosoles. El nene se encontraba bastante bien, por lo que yo me las prometía felices pensando que la habíamos cogido prontito y se iba a recuperar divinamente.
El viernes ya empezó a recaer, aunque podía entrar dentro de la normalidad puesto que dicen que las bronquiolitis el tercer o cuarto día puede ser el peor. Pero el sábado el empeoramiento fue a más, así que el domingo nada más levantarse y comprobar que seguía sintiéndose muy enfermo y con algo de fiebre me fui a urgencias.

Han sido días terroríficos.
Al niño tuvieron que pincharle varias veces y recolocarle la vía del suero y del antibiótico varias veces, los aerosoles eran una tortura puesto que se pasaba los 15 minutos que duraban retorciéndose y gritando (¡y eso cada 4 horas!), las gafas del oxigeno no las llevaba nada bien y tardó mucho en acostumbrarse a llevarlas, y cuando por fin dejo de llorar por llevarlas se las arrancaba y de nuevo tortura para ponérselas…
Todo esto y más sumado a que ha estado todos estos días sin poder moverse. Como tenía que tener el oxigeno 24 horas y este estaba anclado a la pared, solo podíamos poner al nene de la cuna a la silla, y de la silla al sillón en nuestros brazos. Una tortura para un bebe tan pequeño que está empezando a descubrir el mundo y no quiere parar (no os imagináis la alegría que le dio volver a casa, fue muy bonito ver como corría detrás de sus juguetes).

Las noches no han sido mejor. Ya sabéis que nosotros realizamos colecho, no tanto por gusto como por necesidad. Allí dormir en la cuna era misión imposible pues se pensaba que aquello era un campo de juegos (normal…era el único sitio donde podía moverse un poco por el día) así que el carrito ha sido su cama improvisada. El problema era que al igual que en casa cada hora se despertaba y tenía que cogerle darle el pecho, volverle a dejar en el carro y estar un rato meneándole. Como yo tardo mínimo 20 minutos en volver a conciliar el sueño os podéis imaginar lo que he dormido (súmale las visitas de las enfermeras, las medicaciones, las maquinas que pitan porque dejan de funcionar…). 

En el hospital la paz, que es donde yo he estado, cuidan muy poquito a los papás. Duermes en una butaca  super incómoda, no te dan ni un triste desayuno, no te dejan usar el baño de la habitación y te dicen que vayas a uno compartido para toda la planta (esto nos lo hemos pasado por el forro mi compañera de habitación y yo… ), te ponen pegas para absolutamente todo, vamos… ¡INDIGNANTE!

Por suerte aunque entró muy malito, los antibióticos actuaron rápido y en contra a las previsiones de los médicos solo estuvo 5 días.
Yo estaba loca por salir, y no solo por la incomodidad del hospital, sino porque además estaba paranoica. El bebe con el que compartíamos habitación (coincidimos en urgencias con ellos) entró bastante mejor, y le iban a dar el alta a los 3  días de ingresar, pues ese mismo día comenzó a ponerse muy malito, ¿resultado? Había pillado en el hospital el virus más agresivo de la bronquiolitis (actualmente ellos siguen ingresados). Os podréis imaginar ahora mis ganas locas por salir de allí. 

Esta ha sido mi odisea… y solo me queda decir… ¡puñetero invierno y puñeteros virus y bacterias!

lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Hermanos?



Parece que nos hemos puesto de acuerdo varias bloggeras para escribir sobre este tema. Será porque tenemos bebes de edades similares y cuanto llega este punto empiezas a plantearte ¿le daré más hermanos? ¿Cuándo? ¿quiero que se lleven bastantes años o por el contrario quiero que se lleven lo menos posible?.
En el caso de la diferencia de edad, ambas opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Juntarnos con dos bebes muy chiquititos a mí personalmente me pone los pelos de punta (los motivos sobra decirlos) pero es verdad que tiene que ser bonito que los hermanos se críen tan juntitos, y que además una vez pasada la etapa bebe, son niños con necesidades muy similares.
 Me pasa como a muchas de las mamás que han tenido problemas de fertilidad, tememos que si esperamos mucho para ponernos a buscar un segundo nos pueda costar tanto que acabe por pasarse nuestro momento y aunque tengo muy claro que me encantaría buscar un segundo, ahora también tengo ganas de disfrutar de mi pequeño.
Las que habéis seguido mi odisea, sabéis que los primeros meses fueron muy duros, pues mi niño lloraba día y noche. Nadie supo decirme que le pasaba... cólicos, reflujo, adaptación costosa al mundo… pero el caso es que hasta los 5 meses lo pasamos muy mal.
Ahora todo ha cambiado, y por fin estoy disfrutando a tope de la maternidad.
También es cierto que tengo la espinita clavada de poder disfrutar de un bebe, ya que con Adrián simplemente sobrevivimos a esa etapa.

Por otro lado está el papá. El todavía tiene metido el susto en el cuerpo (y eso que el trabajo más forzoso me lo lleve yo) y le atemoriza vivir otra vez lo mismo, por lo que por ahora ni se plantea el tener otro.
Además están las noches. Si por el día todo se ha normalizado y podemos disfrutar, por la noche aun todo es bastante complicado, incluso yo diría que más complicado que cuando era muy bebito. Dormimos juntitos, pero aun así continúa despertándose cada hora para pedir teta, pegar 4 chupitos y volverse a dormir (esto en las noches más tranquilas), por lo que juntarme con otro bebe que me reclame en la noche me da un poquito de miedito jeje

La guardería es otro punto en contra. Actualmente pago casi 400 euros en una pública. El año que viene serán unos 300 al no tener que pagar el plus de bebe. Imaginaos el desembolso con dos peques. Casi que no me saldría a cuenta el ir a trabajar.   

De todos modos, Como otras mamas bloggeras ya han comentado,  la búsqueda de un segundo ya se hace con más calma (al menos eso creo desde mi inexperiencia). Cuando buscaba a Adrián me aterrorizaba el hecho de no conseguir ser madre, de no vivir esta experiencia tan sumamente maravillosa. Ahora ya soy madre (Quizás en unos años, en plena búsqueda, me eche las manos a la cabeza releyendo esto).

Resumiendo, básicamente gana el NO por ahora, y el SI para dentro de un par de añitos. Quizás me pase eso que cuentan que cuanto más tiempo pase más pereza te da ponerte, pero me arriesgo,  iré haciendo lo que me pida el cuerpo. La semana que viene cumplo 31 por lo que ponerme a buscar con 33 tampoco esta tan mal. 

Las cosas nunca salen como las planeamos y con eso cuento, así que si viene antes lo recibiremos con los brazos abiertos y unas ganas locas, y si no llega, creo que aunque lo viviré mal, no será tan traumático como la primera vez.

martes, 4 de noviembre de 2014

Tiroiditis postparto



Hoy toca hablar de mi, ¡que las mamas también existimos! Os cuento lo que me ha pasado por si a alguna os sirve de algo.  

Me da una rabia tremenda que después del parto nos dejen tan abandonadas. Después del estrés físico y hormonal de un parto, de los días duros del postparto, de la lactancia, etc. Deberían chequearnos un poquito más. Que entiendo que lo primero es el bebe, pero hombre, si nosotras no estamos bien a ver quien los atiende y es que en la mayoría de los casos la ecuación “mama feliz = bebe feliz” ¡funciona!

Ya sabéis que los primeros 4 meses fueron durillos, nadie supo nunca porque, pero el nene lloraba día y noche, lo que hacía que mi descanso fuera nulo, pero yo por aquel entonces no me sentía cansada (desquiciada si… pero cansada no). Más de uno se echo las manos a la cabeza por oírme decir esto. Con dormir 3 horas yo ya me sentía descansada y no conseguía dormir más, por no hablar de lo difícil que me resultaba conciliar el sueño.
Mi hambre era desbordante. Me pasaba los días comiendo autenticas guarrerías, no podía parar de comer, pero a mí me preocupaba poco porque no ganaba ni un kilo. Yo esto lo achacaba a la lactancia y al estrés que tenía con mi pequeño lloroncete.

Cuando ya empecé a alarmarme fue sobre los 6 meses después del parto, cuando la caída de pelo era tan alarmante que tenía verdaderas calvas y la cantidad había disminuido a la mitad de lo que siempre había tenido (la suerte que tengo muchísimo pelo, sino no se que hubiera sido de mi imagen).
Fue entonces cuando decidí ir al médico y tras una analítica hormonal me diagnosticaron hipertiroidismo.
Por desgracia mi glándula llevaba mucho tiempo siendo bombardeada y al poco de ser diagnosticada de esto, pasé de hipertiroidismo a hipotiroidismo y muy probablemente para toda la vida según me ha dicho el endocrino.

Este es el patrón tipico de las tiroiditis postparto, muchas acaban curándose y volviendo a la normalidad, pero en mi caso la fase hiper duro más de 6 meses, con lo que el endrocrino tiene serias dudas de que vuelva a la normalidad.
Este post va dedicado sobretodo para las nuevas mamás. Cuando nace nuestro bebe parece que nos olvidamos completamente de nosotras, nada es más importante que nuestro hijo, pero eso no tiene que ser así, ¡buscaros un huequito y cuidaros! Yo por mi parte tengo seguro que si tengo un segundo hijo pienso acudir al médico un par de meses después de parir para que me haga una analítica que es lo mínimo después de toda la revolución hormonal después del parto y postparto, de noches sin pegar ojo, de mal comer, de estrés… de verdad que no entiendo cómo nos abandonan después de salir del hospital, “¿ya has echado al bebe?¡ Pues ahora te las apañas tu sola!”.
A mí se me ha quedado la espinita de saber que igual, de haber pillado pronto el hipertiroidismo y haber empezado pronto con la medicación, quizás mi tiroides no hubiera quedado hecha polvo y no me hubiera quedado con este regalito toda la vida.

Por suerte de la diabetes me he librado, aunque sé que en próximos embarazos volverá y muy probablemente acabaré desarrollándola con los años… definitivamente a mí los embarazos no me sientan bien jeje

Perdonad si he tenido tan abandona el blog en estos dos meses, comenzar a trabajar ha sido bastante durillo y aunque el nene ya va dando bastante tregua, yo estoy super cansada (el hipotiroidismo tampoco está ayudando). ¡Prometo estar más activa!

domingo, 31 de agosto de 2014

Malignos seres microscópicos



Acabamos de atravesar nuestra primera crisis con los virus. De verdad que no podía imaginarme a lo que me enfrentaba con un bebe bastante malito hasta que lo he vivido.

El martes pasado paso mala noche, despertándose cada hora, como es habitual en él, pero emitiendo pequeños quejidos de lamento. Cuando se despertó, como yo ya estaba con la mosca detrás de la oreja, observé que respiraba por la boca y parecía como más cansado, así que rapidito le baje al pediatra.

Efectivamente tenía algún pitido, y aunque lo habíamos cogido muy a tiempo, tenía una bronquiolitis. Hasta ahí fue todo bastante bien, comencé a darle los aerosoles y yo tan contenta de haber frenado la evolución y no llegar a peores… ilusa de mi.

Por la tarde comenzó a subir la fiebre hasta 39, con la consecuente bajada al pediatra y aumento de aerosoles, y ya desde entonces el nene no levantó cabeza hasta hoy que parece que vuelve a sonreir.

Por suerte la bronquiolitis se controló bastante bien y no llegó a mayores (conozco varios casos de ingreso hospitalario por estos motivos), pero el pobre ha estado fatal después de que los mocos empezaran a salir del pecho para alojarse en su garganta y nariz. Apenas come, apenas duerme, apenas sonríe… ayer nos asustamos mucho porque el bajón fue tremendo, hubo un momento que no conseguía abrir ni los ojos para reir, por suerte mejoró por la tarde y yo pude tranquilizarme.
Las noches han sido terroríficas. Creo que puedo compararlas con los primeros días del nene en casa, cuando apenas dormía un par de horas. Como el peque no podía respirar bien en cuanto caía dormido se asustaba y se despertaba chillando. Nos levantábamos y ahí empezaba de nuevo la odisea, volverle a dormir, volver a acostarnos y volverse a despertar chillando, así cada 15 o 20 minutos.
Por suerte, la segunda, ya a la desesperada y viendo que íbamos a tener que pasar por una noche casi en vela, probé a usar su carrito (si… ese que antes odiaba tanto) y ¡milagro! Se durmió apenas caer en el. A partir de ahí el trabajo nocturno se facilitó, ya que aunque los despertares eran casi los mismos, por lo menos en el carro no tardaba 20 minutos en dormirle, y con unos cuantos meneos caía rendido.
Así que temporalmente (espero) el colecho ha abandonado nuestras vidas, porque el nene ha decidido que tanto las noches como las siestas las pasa en su carro. Todavía alucino escribiendo esto… hace apenas dos meses parecía que lo estábamos matando metiéndole ahí.

Ahora la moda es decirme “pues vete acostumbrando porque en cuanto empiece la guarde va a tener cada dos por tres”. Pues una cosa os digo, como sean tan gordas como esta, capaz de pedirme hasta una excedencia. No me puedo creer que los catarros que se cogen en las guarderías sean de este calibre siempre… dios santo… pobres míos de ser así…

Así que si antes estaba asustada por cómo se las iba a apañar mi chiquito para dormir en la guardería, ahora estoy aterrada con esos malignos seres microscópicos, ¡los virus!

Por suerte hoy comenzamos a remontar, y parece que ya empieza a comer algo y a querer jugar. Ahora los que tenemos que recuperarnos somos los papas, que como buena familia cuando uno pilla algo, ¡lo pillamos todos!